miércoles, 9 de abril de 2014

…CON LOS DEDOS DE LOS PIES...

-…se lo dí un 30 de julio, fue su regalo de cumpleaños, teníamos 18 años…- los ojos enrojecidos saltan en el aire de un lado a otro cazando recuerdos como mariposas, -¿usted sabe qué es amar con ‘tuuduu’ el cuerpo?-. Al ver esa pasión convertida en lágrima siento muchas ganas de sentir exactamente eso, pronto no sería así.

Entró al salón cargando un morral que hacía zanja en su hombro, sonriendo y dando besos sin discreción, tan alta y robusta que intimida a primera vista, fuerte,  es Loretta; el cabello agarrado con desgano, la piel brillante y la ropa cansada, humilde pero bien versada. Luego de un debate de dos horas sobre empleo, gestión comunitaria, citas con el alcalde y oficios sin respuesta, abre sus enormísimos ojos directo a los míos, solas, y derrama en ellos la desesperanza de la mujer que no pudo ser madre.


-…lo conocí en el colegio, durante dieciséis años nunca le dije un No, en todo fui su amiga, su esposa, su asistente, pero al final no fue mi culpa, simplemente no pude…- Su manos se mueven con la ansiedad del culpable, explica los hechos repetidamente como si necesitara disculparse, como si lo hubiera hecho apropósito. -…cuando le firmé el divorcio decía ‘disolución de sociedad conyugal ‘SIN HIJOS’, eso no es verdad, tuvimos cinco…- dice exaltada, después de siete años de firmar.

Su vientre no podía retener bebés, presión alta al grado de preclampcia, dos abortos, tres partos prematuros; Sebastian, Mayra y Santiago, tres veces madre, nunca por más de 48 horas. -…cuando murió el quinto ya no podía ni mirarlo a los ojos, sabía que ese era su anhelo más grande, entonces lo dejé ir. Lloró, pero lo amaba tanto, con cada pelo de mi cabeza y hasta con los dedos de los pies, preferí que fuera feliz aunque no estuviera conmigo, así se ama de verdad…-

De pronto la mujer grande, propia, líder, se hizo frágil con el atardecer gris, ¿acaso el derecho a ser amadas se mide por la capacidad de dar a luz o por la voluntad, incluso contra natura, de cumplir todos los anhelos de la pareja? -…tuvimos una vida ‘bonnnita’, vivíamos el uno para el otro, solo tuvimos un problema, no le pude dar un hijo…- 


Por: Yohita.

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